¿Infertilidad tabú?



Cuando el ginecólogo me dio por un fin diagnóstico, las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas, no sentía mi cuerpo, solo sentía la mano de él apretando fuertemente la mía, diciéndome aquí estoy, esto es de los dos. Era un diagnostico que sospechaba, pero oírlo de la boca de un especialista lo volvió real.

Los días que siguieron eran como estar en un desierto, un espacio plano de tierra, desolado, incómodo, molesto, donde no se veía humanidad. Podía ver alguna roca, o algún árbol seco tumbado sobre la arena, pero no personas. Este era una camino que parecía que debía recorrer casi a ciegas, sin conocimiento, sin interacciones. De repente vi una figura, supe quién era,  sin embargo llevaba una máscara para ocultar su identidad. Me tomó de la mano y empezó a guiarme, a hablarme de su condición, pero a su vez media mucho sus palabras, porque no quería que eso fuera de conocimiento de los demás. Agradecí tanto sus palabras, su experiencia e incluso sus consejos. Ella aparecía de vez en cuando en mi camino y me daba un poco de agua, o me invitaba a descansar a su lado, pero, no veía a nadie más.
Esto es lo que nos pasa a las mujeres infértiles en mi ciudad, debemos batallar prácticamente solas, y si estamos acompañadas debemos estar escondidas. Es un tabú.
La infertilidad está mal vista, unos pueden verte con lastima, otros tal vez te juzguen buscando la causa de tú  “enfermedad” en algo que hayas hecho en tu pasado. Pero muy pocos puedan darte acompañamiento porque los que pasan por este proceso están ocultos en las sombras, y aquellos  que tienes a tu lado no entienden lo que vives, ni cómo puedes sentirte.
Quisiera que eso cambiara, quisiera que existieran grupos de apoyo en mi comunidad, que entre las mujeres que sufrimos a diario por la infertilidad existiera una comunicación real, que nos sentáramos de vez en cuando a tomar un café, a compartir nuestras penas, y alegrarnos con nuestros triunfos, contarnos como nos afectó una que otra hormona, como estuvo la punción, o la inseminación, o la transferencia. Darnos un abrazo en caso de un negativo, o gritar en caso de un positivo.
Lo más cerca de un grupo de apoyo que he logrado estar es el #infertilpandy que hay en twitter, y aunque ha sido de gran ayuda, la mayor información de talleres, encuentros y charlas son en diferentes ciudades de España. Me encantaría que pudiéramos compartir la misma información en nuestro país y en nuestra ciudad.
Es común sabes, es común que hayan mujeres con problemas de fertilidad en tu ciudad. Es increíble ver la sala de espera de la clínica de fertilidad de mi ciudad, siempre está llena. Ha habido semanas en que he llegado a ir tres veces, y se puede ver tantas mujeres llenas de esperanzas, dudas y miedos como yo, y muy poco hablamos entre nosotras. ¿Por qué ese hermetismo?
Espero que eso pueda cambiar pronto, porque de acuerdo con una publicación de nuestro periódico El Tiempo “El 20 por ciento de las parejas en Colombia sufrirían de infertilidad, cinco puntos por encima del porcentaje registrado a nivel mundial, que es del 15 por ciento. Además, de acuerdo a la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida, este no es un problema exclusivo de la mujer; se indicó que las causas de infertilidad masculina se presentan en un 40 por ciento de los casos, femeninas en igual porción y factores de ambos sexos en un 20 por ciento”.

Actualmente estoy intentando formar un pequeño grupo de mujeres con condición de infertilidad, si quieres pertenecer, escríbeme a narcisafeliz@gmail.com.



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